Las ciudades de Úbeda y Baeza, en la provincia de Jaén, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2003. Separadas por apenas 10km de carretera, estas dos pequeñas localidades andaluzas comparten una historia común marcada por la dominación árabe y la Reconquista. Sus bellos conjuntos monumentales renacentistas les hicieron valedoras de la distinción de la UNESCO y ya justificarían de sobra una visita, pero además pueden presumir de estar rodeadas de un paraje excepcional, conformado por lugares como la Sierra de Cazorla, el Valle del Guadalquivir, la Sierra Mágina y los extensos campos de olivos que se extienden a sus pies. En este post os hablamos de las visitas imprescindibles en Úbeda y Baeza y os dejamos algunos apuntes prácticos.
Breve historia de Úbeda y Baeza
Numerosos restos arqueológicos indican la presencia de asentamientos humanos en la zona que hoy ocupan Úbeda y Baeza desde la Edad de Cobre. Varias civilizaciones, como la romana, dejaron su huella en estas localidades antes de que los árabes se asentaran allí a finales del s.VIII y principios del s.IX. La ocupación duraría casi 5 siglos. Ambas localidades volvieron a manos de los cristianos durante la Reconquista entre 1227 (Baeza) y 1233 (Úbeda) llevada a cabo por Fernando III, llamado «el Santo». Úbeza y Baeza vivirían su época de máximo esplendor durante el s.XVI, época a la que pertenecen la mayoría de edificios ilustres que hoy podemos visitar. De esta etapa de pujanza, propiciada por el auge del sector agropecuario y la presencia de una clase noble poderosa en la zona, se pasó a una larga etapa de depresión entre los siglos XVII y finales del XIX. En la actualidad, Úbeda y Baeza destacan por ser dos de las ciudades con mayor producción mundial de aceite de oliva. Desde 2003, año de inscripción en el Patrimonio de la UNESCO, el turismo se ha convertido en una importante fuente de ingresos para la región.
Qué ver en Úbeda
Úbeda y Baeza son dos ciudades pequeñas y muy cercanas, así que puede hacerse una visita básica de ambas en un día bien aprovechado, aunque lo recomendable es dedicar al menos una jornada a cada una para disfrutarlas con algo más de tranquilidad. Úbeda es la mayor de las dos localidades con algo más de 35.000 habitantes, casi el doble que Baeza. Si llegamos en coche, lo mejor es aparcar fuera de la muralla, en el aparcamiento de la Calle Redonda de Miradores -donde gozaréis de fabulosas vistas de los alrededores-, y desde ahí comenzar la visita a pie. En la Plaza Vázquez de Molina, inicio de cualquier ruta turística, se condensan buena parte de los elementos renacentistas que hacen tan particulares a estas poblaciones. Entre los numerosos edificios históricos que la rodean, sobresale la Sacra Capilla del Salvador (1559), edificada por orden de Francisco de los Cobos, uno de los personajes más ilustres de Úbeda, que llegó a ser Secretario de Estado de Carlos I de España.
Diseñada como templo funerario, la Sacra Capilla destaca por su fachada plateresca y el interior diseñado por Diego de Siloé y realizado por Andrés de Vandelvira, arquitecto presente en la mayoría de edificios notables de esta época en Úbeda. La sacristía, en concreto, es considerada como una de las obras cumbre del Renacimiento español. El mismo mecenas y arquitecto se encargaron de la reforma del antiguo Hospital de los Honrados y Venerables Viejos de «El Salvador», contiguo a la Sacra Capilla, donde se pueden visitar la iglesia y el patio interior. Volviendo a la plaza, también es obra de Vandelvira el Palacio del Deán Ortega, hoy Parador Nacional. Y a él se le atribuye también otro de los edificios ilustres de la plaza, el Palacio de las Cadenas, sede del Ayuntamiento. Algo más antigua es la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares (s.XIII), que con el paso de los siglos ha ido cambiando su aspecto y hoy presenta una interesante mezcla de estilos que van del gótico al neogótico pasando por el mudéjar o el renacentista.
La lista de edificios notables no acaba aquí, ni mucho menos, pues también se hallan aquí otras importantes obras como la Cárcel del Obispo (s.XV), el Palacio del Marqués de Mancera (S.XVI) o el Antiguo Pósito (s.XVI). Una plaza con muchas joyas, como veis. En Úbeda hay al menos 40 edificios históricos, así que una vez realizada la visita básica a la Plaza Vázquez de Molina es conveniente que os hagáis con un mapa y decidáis qué otros lugares os interesaría ver. La Iglesia de San Pablo, el Palacio Vela de los Cobos o el Hospital de Santiago son clásicos que no os deberíais perder.
Entre Úbeda y Baeza / Loma de las dos hermanas, / Baeza, pobre y señora, / Úbeda, reina y gitana (Antonio Machado)
Qué ver en Baeza
Con poco más de 16.000 habitantes y la mitad de tamaño que Úbeda, Baeza reúne buena parte de sus edificios ilustres en un espacio más reducido que el de su vecina y la visita básica suele ser más corta. Si llegáis a Baeza con menos tiempo, y ya que es la más pequeña, quizá os apetezca hacer una excursión en el típico tren turístico. Salen de la emblemática Plaza de los Leones desde las 11.5 a las 18.15 cada 45 minutos por 4,5€ (3,5€ para niños) y hacen un recorrido panorámico que va hasta la Plaza de Toros y vuelve por el Paseo de las Murallas adentrándose después en el casco antiguo. La visita incluye explicaciones en español y es amenizada con ocasionales piezas de música o poemas de Machado.
Hagáis como hagáis la visita, os sugerimos dejar el coche en alguna calle más o menos céntrica o en los aparcamientos públicos (en este caso no hay zonas de estacionamiento en el paseo de la muralla) y empezar a visitar Baeza precisamente desde la Plaza de los Leones o Plaza del Pópulo, atravesando primero, si os viene de paso, la alargada Plaza de España, donde encontraréis abundante oferta de restauración. La Plaza del Pópulo alberga la Casa del Pópulo(1535), antiguo edificio de la Audiencia Civil y las Escribanías Públicas, hoy sede la Oficina de Turismo de Baeza. Otros elementos notables en la plaza son la Fuente de los Leones, la Antigua Carnicería, la Puerta de Jaén (antaño puerta de la muralla) y el contiguo Arco de Villalar, un arco conmemorativo de dicha batalla. Todos estos monumentos pertenecen al s.XVI.
Desde esta zona podemos caminar hasta la Antigua Universidad, de estilo manierista, que se mantuvo en funcionamiento desde 1542 hasta 1824. No hay que perderse la fachada principal y el claustro de este edificio, convertido hoy en instituto. Muy cerca se puede visitar el Palacio de Jabalquinto, uno de los monumentos más importantes de Baeza. Hay que prestar especial atención a su coqueta fachada y al patio renacentista. Frente al palacio podemos visitar la Iglesia de Santa Cruz (s.XIII) antes de llegar al lugar más importante de la ciudad; la Plaza de Santa María. En el centro destaca la preciosa Fuente de Santa María, pero la joya de la corona es la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora. Aunque la construcción del templo finalizó en 1593 (nuevamente intervino Vandelvira), se conservan restos de anteriores templos (una mezquita del s.XI) y de construcciones que fueron parcialmente derruidas (templo gótico del s.XIV). Además de su fachada, destaca por su interior renacentista. En el lado opuesto de la plaza se encuentra el Seminario de San Felipe Neri (1660), que se comunica con el Palacio de Jabalquinto. Ambos pertenecen actualmente a la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
En este punto habremos visitado la mayoría de monumentos ilustres de la ciudad, o al menos aquellos que se encuentran en la antigua zona amurallada de Baeza. Precisamente una buena forma de terminar el recorrido básico es acercarse hasta el Paseo de las Murallas, desde donde obtendremos unas increíbles vistas del olivar jiennense en el mismo lugar en que tantas veces se inspirara Antonio Machado, profesor de francés allí durante 7 años. Por supuesto en Baeza también podéis alargar vuestra visita, pues hay decenas de edificios históricos entre los que destacan el Convento de San Francisco, el Ayuntamiento, la Iglesia del Salvador y la Iglesia de San Andrés.