Son testigos de la historia de una tierra y trascienden más allá de su importancia como infraestructuras. Destacan por su singularidad, por ser escenario de momentos históricos, por su belleza… Son puentes y viaductos que salpican toda la provincia y merecen una mirada detenida del viajero.
Bien podría encabezar este listado el Puente del Obispo, que da nombre a esta población de Baeza. Para poner remedio a las crecidas del río Guadalquivir, se construyó un bello puente medieval que fue levantado en el año 1508 y sufragado por el Obispo Alonso de la Fuente del Sauce. Cuenta la historia que era necesario el rezo de un Ave María a modo de peaje al paso por el puente.
También de leyenda es el origen que se cuenta de otro de los singulares puentes de Jaén, el de las Herrerías, en Cazorla. Según esta, fue construido por los caballeros de Isabel la Católica en una sola noche y fue ella, en su camino a la conquista de Baza, fue la primera en inaugurarlo.
También sobre las aguas del Guadaquivir, el Puente Romano de Andújar se construyó a comienzos del siglo II., para permitir que la calzada entre Córdoba y Cástulo, pudiera atravesar el río Betis.
Especial mención merecen también los viaductos ferroviarios que se hallan a lo largo de la Vía Verde del Aceite o el del Arroyo Salado, hito de la ingeniería de España en el siglo XIX construido por los discípulos de Eiffel.