Segura de la Sierra es uno de esos rincones que embruja a todos los que la descubren. Da nombre a un río y a una comarca, y es sinónimo de historia. El visitante puede empaparse de historia y patrimonio en su casco urbano o saborear la naturaleza en su máxima expresión en sus numerosas aldeas desaparramadas por su amplio término municipal.
Precisamente las altas cimas del municipio sirvieron para iluminar la mejor literatura del Renacimiento, de la mano de Jorge Manrique, autor de «Coplas a la muerte de mi padre».
Desde el punto de vista patrimonial, destaca el Castillo, de origen musulmán. Su obra denota una evidente remodelación cristiana que podríamos fechar en la segunda mitad del siglo XIII. Actualmente alberga un centro de interpretación muy interesante. Otro elemento importante es una Fuente Monumental erigida en 1517, en la que se combinan elementos góticos y renacentistas. Otro edificio de interés es el Ayuntamiento, con portada plateresca del siglo XVI, que sirvió como Colegio de los Jesuitas.
Respecto a la arquitectura religiosa destacan la Iglesia de Nuestra Señora del Collado y la Iglesia de los Jesuitas. Además, está la Casa de Jorge Manrique, cuna del insigne escritor, su fachada conserva en el escudo de la familia Figueroa, apellido materno del poeta.
Este municipio serrano cuenta con numerosos núcleos habitados, todos ellos pequeños y dispersos, pero situados en magníficos enclaves paisajísticos. La amplia variedad natural, su historia y patrimonio monumental convierten a Segura de la Sierra en paso obligado de todo turista o visitante que se aventure en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, y quiera disfrutar de su historia, deportes al aire libre y de inmersión en la naturaleza.