Laguna de Siles
La Laguna Grande cuenta con 18 hectáreas de extensión de la lámina de agua, lo que la convierte en la más extensa de Jaén.
Una de sus singularidades es su origen, ya que fue la mano del hombre la que impulsó su creación, en el siglo XIX, para conseguir agua de regadío para los cultivos aledaños. No es el único paraje natural con el que cuenta la provincia de Jaén.
Otra de las reservas naturales reconocidas es la Laguna del Chinche, en Alcaudete. Tiene relevancia el hecho de que se trata de un espacio elegido por ciertas aves para invernar y un lugar de paso en las rutas migratorias de otras. Por eso, la mejor época para que el turista visite este paraje es en invierno, cuando disfrutará de una estampa singular. En el mismo término municipal, en la Sierra Sur, se encuentra la Laguna Honda. En este caso, se llena con las primeras precipitaciones de otoño y permanece con una pequeña cantidad de agua hasta la primavera, apoyada por el pequeño arroyo procedente de la Sierra de Orbes.
En las inmediaciones de la zona lagunas se ha detectado la presencia de especies cinegéticas como el conejo y la perdiz roja. La lista de humedades de la provincia de Jaén no se queda ahí.
En el inventario se incluyen las lagunas de Siles, Orcera, Valdeazores, el embalse de Pedro Marín, el de Doña Aldonza, el Puente de la Cerrada, o las Lagunas de Brujuelo y Cirueña, también conocidas como las charquillas. La belleza del agua en la provincia de Jaén se complementa con verdaderos espectáculos de la naturaleza. Es el caso de la Cimbarra, en Aldeaquemada, una espectacular cascada de agua de 40 metros de altura.
También, merece una parada en el camino el monumento natural El Piélago, en Linares. Es un enclave del río Guarrizas, al que se le une el puente romano de Vadollano, que forma parte del recorrido de la Vía Augusta.
Y, la Aliseda, en Santa Elena, un antiguo balneario de aguas medicinales que ahora se quiere recuperar.
