El Monumento Natural Pinar de Cánava es un interesante ecosistema forestal integrado en el Parque Natural de Sierra Mágina, que tiene al pino carrasco como protagonista. La singularidad de este pinar, que cuenta con unos 120 ejemplares, es que presenta un alto grado de naturalidad y, sobre todo, la longevidad de sus miembros, con pinos de entre 100 y 250 años.
Este pinar presenta un gran valor como recurso educativo, pues ofrece una oportunidad única para comprender las distintas fases de maduración de un bosque. Puede observarse el aspecto de un pinar en una etapa próxima a la vejez: frente a las típicas formas de pinares jóvenes, con troncos rectos y copas cónicas, contrastan los ejemplares retorcidos de este Monumento Natural. Sus copas redondeadas, con forma de parasol, recuerdan a otras especies arbóreas.
El matorral en este bosque prácticamente ha desaparecido. El extraño aspecto que presenta el Pinar de Cánava es el que todo bosque tendría si evolucionara de manera natural, pero la intervención del hombre modifica este proceso, tendiendo hacia una mayor simplicidad. Ahí radica su singularidad, es uno de los escasísimos bosques ancianos de pino.
Conforma un hábitat excelente para especies como la paloma torcaz, que se posa sobre los pinos más altos y frondosos, y el águila perdicera que frecuentemente planea sobre el bosquete esperando sorprender alguna paloma.
Al visitar este monumento natural se pueden contemplar, desde las tranquilas alturas en que se encuentra, bellas panorámicas de Sierra Mágina, del olivar de la Campiña de Jaén, así como de algunos de los pueblos que descansan a sus pies: Jimena, Torres o Albanchez de Mágina.
En materia cultural, mientras que en la zona superior puede apreciarse una interesante y abandonada cantera de piedra para molinos harineros; muy cercano a la base del pinar hace acto de presencia una notable muestra de arte rupestre, la Cueva de la Graja.